Míreme señor, no se haga el loco. Usted sabe que todos saben. Eso le importa. A mí no. A mí me importa que me mire porque usted dijo que bajo su mirada yo era luz y sigo siendo luz porque sé que usted me mira.
Estoy haciendo un esfuerzo y lo sabe. Tengo que decirle que no me he enamorado de usted, que simplementeme siento espuma a su lado cuando en realidad me siento mar, palabra dicha en conferencia: importante. Venga y hábleme de cosas, déjeme darle un abrazo, ese que quiere. Sabe que cuando lo escucho me voy entre árboles y senderos y que regreso a la realidad rodando sobre piedras.
No hay manera de que lo olvide porque su recuerdo es mi punto G dormido y escondido, caliente y viscoso que despierta al contacto de su lengua en el borde de mi oreja. Es bola de estambre que recorre cada espacio de esta casa de paredes lisas y sin floreros; rueda por el jardín, sale por la reja, recorre el pueblo y se vuelve a enrollar…
No sea oscuro señor, míreme. Yo no le propongo estar conmigo el resto de la vida porque mi vida no tendría resto a su lado, sería un renacimiento, el inicio de mi vida con usted.