Es menor lo que diga
La asunción en su boca me anuncia los brazos del trigo
y sin abrazar al Sol, me inclino ante el viento para que me diga
como ella muriendo se me perdonan así las Lunas
dejándose amar la carne de su sexo extendida por toda mi boca
Porque si ayunar sobre su vientre espumas de pájaros
no me he hundido en las arenas demenciales
Resucitaré la maravilla que salta de sus piernas magníficas brillantes
como el acero de las armas imposibles que sueño
El arma que entera la entierra sobre el suelo para siempre
(desde el ombligo hasta la entrada de todos los delirios)
El vientre del abdomen abultado de niña y la línea de las caderas simultáneas a la colina de sus nalgas rubias de ninfa
Me duele saber que esas nalgas son el destino perfecto
que me han enfermado, esas nalgas y su fin rosado
y minúsculo que gotea sobre mis labios desfallecidos
esas nalgas aterciopeladas de Luz color miel
La invité hace tiempo a un Bosque que sólo yo conocía de mis incursiones solitarias por esos parajes desolados
Fue allí donde morí
Fue allí donde empezó todo
Ella y yo endiosados por la eternidad del beso último de la primera inocencia
El tiempo rizaba el vello adolescente de su pubis dorado/ lo alisaba yo con mi lengua cada brillante solo lo lamía como a una herida más de su cuerpo blindado por las heridas
Es menor lo que diga
La mariposa azul estaba fija como un reloj sobre el castillo de tu inicio
era un cielo maldecido sus alas tan prontas a acariciarnos el agua de los vidrios temporales
¿Y si comenzaran a crecer de la tierra unas alas como inteligentes helechos?
El milpiés orinaría por cada dedo como una fuente de espanto
y los oscuros aromas del bosque huirían a mi pecho
asfixiándome en las casas anónimas del desamparar
La mariposa azul era enorme como la lluvia muda sobre el balcón de madera vieja Dormir era mejor que morir
La mosca regresó y me besó dulcemente en el ojo muerto
atrapado en tu imagen
como una moneda dentro de una alcancía desolada parecida a un cráneo