como una mañana de hotel
la ropa de verano al borde de la cama
tan sólo mamíferos
y cortinas de lana
con respuestas de sí o no,
subimos el camino de la vieja fábrica
tras áreas de pandemia
bailar las canciones de cada coche
según van pasando, la ruta
la sabemos y está clara allá
a donde van nuestros huesos
escuchamos los átomos quedar atrás
las farolas desvían el camino
todo lo ordinario, luz verde
terror en pequeñas dosis
en cualquier parte
alguien conocido busca
una dosis aún mayor
mientras los edificios sueñan con musgo
con piernas, baños públicos y caras
volvemos a salir de noche a pasear
una valla publicitaria reza así:
nada será festejado
excepto el agua
(no hay sueño, disfruten)