Cuatro poemas de Daniel Chacón Aro

 monólogo de una piedra hospitalizada por resistente,

 

debe haber algún otro modo de dividir el centro
de disociar la materia de la forma
de reducirla a una ausencia
de invertir lo desgarrado 

la torcedura de los relojes donde nunca somos y siempre fuimos. 

sé que hay una manera,
porque estoy enfermo todavía de esta lúcida consciencia;
de hacer del pensamiento un espectáculo
de borrar la huellas del origen
de hacer del silencio la más literaria de las actitudes,
de romper la comunión del cuerpo y llegar a las inconfesadas grietas del yo.
debe haber algún medio para juntar los retazos reservados para dios y desnacernos. 

 

monólogo de una calle hospitalizada por tránsito, 

 

panicantes, los brazos de la ciudad no están para todos.
menos para nosotros, los de siempre.
en cualquier caso, todo alude a un sopor que convalece,
como una reminiscencia despreciable de consonancia.

a lo que los sueños se quiebran en olas        {a los pies del enigma de un animal alterno,
observo un silencio como el de dalton: capaz de todo,

a la ternura de las piedras sugerir un cierre, ese cierre cercano al borde:
el misterio de un niño que aún no rompe sus juguetes;

a la pregunta de tus manos en mi mejilla asumir el incienso de un recuerdo
más que lejano, mal iluminado,

a un destino torpe flotar al alba como un espanto yermo,

una grieta en el 

suelo

y ahí es cuando digo:
qué hermosa esa palabra, vale.
con la exactitud de la sombra, como definiendo la luz del triste charco de un orgullo 

precisamente cuando nos bendice la contradicción
y nos achaca la angustia de estos mares íntimos. 

 

monólogo de un escondite hospitalizado por gusto, 

cuando llego al centro del ruido me paraliza la velocidad. me siento en el nadar de las aves.
en el caminar de los peces. temo a las palabras que arrastro al decir:
nuestra historia, aunque en ruinas, está completa. 

 

monólogo de una sombra hospitalizada por distracción, 

dice mi mamá que cuando nací no lloré sino que tosí.
como intentando sacarme a arcadas un llanto que no estaba,
porque eso era lo que se suponía que debía hacer y lo sabía.
que cuando me iban a golpear con la vara que tenemos por mano,
detuvo a la enfermera y dijo:¡pásemelo, que lo que tiene es hambre!
efectivamente, comí y lloré. 


Daniel Chacón Aro (Caracas,1992). Licenciado en Letras de la Universidad Católica Andrés Bello. Fue asistente editorial en Monte Ávila Editores Latinoamérica y asistente de producción en la editorial independiente Ediciones Letra Muerta, con la que aún colabora regularmente. Ha sido profesor investigador en el Centro Cultural Carlos Guillermo Plaza y asistente curatorial del mismo centro. Parte de su obra poética ha sido publicada en la ANT[ROP]OLOGÍA DEL FUEGO (Ediciones Palindromus, 2020) y en revistas literarias digitales como Digo.Palabra., Los Hermanos Chang y Poemas sin casa. Actualmente se desempeña como traductor, fotógrafo y profesor